miércoles, 22 de agosto de 2007

Cannibal Corpse: crónica de una suspensión

Kill JVRA


La suspensión del Concierto que ofrecería la banda norteamericana de Death Metal Cannibal Corpse no es sino un nuevo precedente en el mierdoso currículum que se ha forjado esta nación a fuerza de revolución. ¿Será que ya comenzó la época en la que cualquier otro elemento ajeno al folklore criollo será vetado por considerarse como parte de la estrategia del imperio por apoderarse de los jóvenes? Realmente no lo se, y sinceramente me da miedo pensar que la inminente cubanización de nuestro país ya es un hecho. No quería manchar con el pañal cagado de la política este mi diario, pero es que hechos como este, sumados a las ya todas conocidas y desconocidas irregularidades, y por mas que yo trate, de una u otra forma me van a afectar siempre. Para la alcaldía del Municipio Sucre es mas importante suspender un evento musical al cual asisten drogadictos que alaban e idolatran los elementos provenientes del imperio yankee,(aún cuando dicho espectáculo no daña sino las ya perturbadas mentes de estos obsesos políticos), que resolver problemas como los altos índices de criminalidad y miseria que hay en este devaluado municipio. Si, es mas importante abolir cualquier intento del imperio del norte que resguardar la vida de los ciudadanos. Porque para mandar a los uniformados a detener a ese lumpen satánico cuyo maquiavélico plan era brincar, menear la cabeza y cantar al ritmo las canciones del grupejo “Cadáver Caníbal”, en ves de mandarlos contra los cientos de criminales que hacen vida farandulera en el barrio la bombilla... Este tipo es un digno exponente de la raza roja rojita que nos invade.


Ya el país se fue de las manos en todo sentido, y hasta para los que tratamos de mantenernos aislados de toda la porquería mediática y gobiernera, seguramente se va a volver una letanía poder refugiarnos en las cosas que nos gustan.


Larga vida a José Vicente Rangel Ávalos, por lograr superar en estupidez y falta de materia pensante a su mismísimo padre, toda una loable labor.

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