sábado, 1 de diciembre de 2007

Mis “Niños Jesús”

De nuevo, otra retrospectiva personal. Esta vez, y aprovechando la llegada del mes de diciembre, para tratar de recordar los mejores y los peores regalos recibidos los días 24 de diciembre de mi niñez. Al menos de los que pueda acordarme, ya que obviamente omitiré muchos de los que llenaron mi caja de juguetes por no recordarlos.


Podio de Honor:



5. Araña de Skeletor

A la hora de hablar de los mejores regalos que recibí en la vispera de la navidad, sin duda no puedo dejar de recordar a la gigantesca araña de Skeletor, archí enemigo de He-Man en la serie Master Of Universe.



A pesar de que tuve muchas figuras y misceláneos correspondientes a esta serie, esta araña significó una de mis posesiones favoritas. Sobre todo por que los niños mas pequeños que yo, no querían jugar con ella por que les daba miedo. Era la guardiana de mi caja de juguetes contra los intrusos que fueran a visitarme.

4. Pista de autos enrollable

Consistía en una pista de autos de material plástico capaz de enrollarse en un contenedor que a su vez simbolizaba los edificios. Podía pasar horas y horas con mi colección de carritos, paseando e inventando absurdas historias que se desenvolvía en las pequeñas calles de mi pista. Mis juego favorito, aun recuerdo, era atropellar a los GI Joe con los Hot Wheels.

3. Guitarra a escala para niños.

Y pensar que mi mamá siempre se dio contra un muro por el hecho de que yo fuera rockero. ¿Cómo no serlo cuando desde los 5 años me están inculcando esa cultura? El rock corre por mis venas (que Paul Gillman esa frase) y esta guitarrita fue la primera expresión de ello.






Claro, no podía sinó tocar tontas melodías con los botones de colores, pero de igual forma, me gustaba verme con una de esas guindadas en el cuello. Cuando tenga mis hijos me aseguraré de que tengan una similar.


2. Montaña rusa a escala

Uno de los juguetes mas arrechos que he tenido en la vida. Consistía en una pista a escala, con un carril eléctrico principal, que impulsaba unos carritos con forma de bolidos, tal y como los de las montañas rusas, hacia una locura de vueltas y mas vueltas. Éxtasis total.




1. Sega Master System II

En una época donde el Nintendo era el común denominador, una vez mas y gracias a los siempre selectos gustos de mi madre, pude destacar del resto teniendo una consola que muy poca gente por aquellos días hubiera tenido. Se trata del Sega MS2, antecesor directo del muy famoso y revolucionario Sega Génesis. Fue el regalo de niño jesús que mas me utilicé y que mas me duró, e inclusive hasta hace unos pocos años lo conservé intacto cual reliquia. Lamentablemente, lo puse en manos de unos primitos que seguro estoy ya lo habrán vuelo mierda.







Podio del Deshonor.



5. Peluches.

Y sin nombrar ninguno en especial, porque tuve muchos, desde la Pantera Rosada, pasando por Alf, papá Pitufo y los Snorkels. A un macho que se respeta no se le compran peluches, pero lamentablemente no podía expresar esa idea ante mis padres teniendo cinco años de edad. Solución: dejarlos en el olvido del polvo hasta que se los regalaran a alguien mas.






4. Robot Inflable:

Era un muñeco inflable con forma y avatares de robot, del tamaño de un niño de ocho años, que se movilizaba en una base a control remoto. Al principio llegó a gustarme, pero luego se convirtió en el principal protagonista de mis peores pesadillas gracias a su horrible expresión que lejos de ser amigable era espantosa. Llegué incluso a odiarlo. Aún a veces creo que de donde está, algún día vendrá a buscarme.









3. Huevos de dinosaurio.

El regalo mas nulo en la historia. Solo apreciaba el hecho de que quien me lo regaló, se que lo hizo con la mejor intención, por lo cual tuve que fingir emoción, pero era la nulidad mas nula de las nulidades. Lo más bonito fue el empaque. Eran dos gomas pegajosas en forma de huevo de gallina y en cuyo interior habían dos dinosaurios a escala. Que coño, lejos de observarlos en pose inerte y ensuciarlos, que podía yo hacer con dos masas pegajosas? Fácil, romperlos para sacar el dinosaurio. Muy aburrido.








Una instantánea de mi cara con dicho regalo ======> =S



2. Un ‘fake’ de Plastic Man.

No recuerdo su nombre, pero uno de los juguetes que mas ambicioné durante mi niñez fue un muñeco elástico que usaba unos lentes. Si mi memoria no me falla, era el de la imagen, o era rubio. En realidad no recuerdo. Para abaratar costos, decidieron comprarme una versión pirata, un muñeco con cara de borracho de los que viven en la plaza municipal y que nisiquiera tenía ropas. No me tocó otra que aceptarlo a regañadientes. Cuando se rompió, que fue pronto, me di cuenta que la sustancia viscosa era a base de azucar. Terminé comiéndomelo.




1. Nada.

Pues sí. Cuando ya no había un presente de niño Jesús para mi al lado del nacimiento, fue cuando me di cuenta que los tiempos difíciles habían comenzado. Fue ese el justo borde entre el fin de mi infancia y el comienzo de mi adolescencia. Se iba la niñez, dando paso a la pubertad. Los juguetes serían reemplazados por botellas de anís y discos de Nirvana.

Cuando era niño creía con toda certeza que cuando un adulto decía “quisiera volver a ser niño”, lo decía por hipocresía. Hoy en día me doy cuenta que esa afirmación es real, y que valdría la pena ser niño de nuevo al menos por un día, para volver a vivir un diciembre con toda esa magia propia de la inocencia y de la cual hoy no queda nada. Para no preocuparme sino por mis juegos y mis fantasías infantiles. Para ser realmente feliz.

Ser niño es una bendición. Extraño ser niño.



Y es así como concluye el pequeño resumen de los juguetes que recibí con ocasión del Niño Jesús. Dichosos los que hemos podido tener algún regalo en la víspera de las noches buenas de nuestra infancia, y benditos aquellos niños que apenas pueden comerse un bocado de pan durante esa misma noche.

El mundo es una mierda de desigualdad imperante. En verdad que si. Todos deberíamos ser iguales y tener los mismos derechos y posibilidades, si señor. Pero mientras espero que eso pase, iré a gastarme las utilidades en mariqueras innecesarias y superfluas. Total, para eso es la navidad.


Como última nota, creo que el mejor regalo de navidad que me podría dar el destino, en aras de asegurar un futuro y la permanencia en mi país, sería ver esta expresión mañana 2 de diciembre por la noche:


"Coño de la madre, perdí el referendum"

5 comentarios:

Raùl Junquera dijo...

Si señor, ese seria tambien mi mejor regalo..no lo dudes.

SALUDOS!!!!!!!!!!!!!

Camilo Ernesto Reyes Rodríguez dijo...

Yo los regalos del Niño Jesús que mas recuerdo fueron: Una pizarra con letras que se podían pegar, un juego de boliche de plástico, Un walkman con recargador (Algo novedoso para la época). Algunas de las figuras de acción de He-Man y los Amos del Universo, etc.

Camilo Ernesto Reyes Rodríguez dijo...

Por cierto. Ese muñeco de que hablas que se estira no era Stretch Armstrong?

http://www.bigredtoybox.com/articles/stretch.jpg

Juanbrujox dijo...

Coño Kam ese mismo era jajajajajajaja! Tu eres viejo rata jajaja

Camilo Ernesto Reyes Rodríguez dijo...

De hecho, mi muñeco favorito de la serie de las figuras de accion de He-Man y los Amos del Universo era Modulok, un muñeco que podías armar y desarmar...

http://www.toyarchive.com/STAForSale/NEW2001+/MOTU/Toys/Loose/ModulokComplete1a.jpg