lunes, 18 de agosto de 2008

Mis impresiones sobre el fenómeno Phelps



Trivergatario, cuatriboleao, arrecho, una bestia, un fenómeno, una verga rara… ningún calificativo se me ocurre para englobar lo monumental e increíble de la hazaña de este joven norteamericano de 23 años de edad, convertido en un fenómeno de nivel mundial, ya que no solo los gringos se sientes admirados y fascinados con semejante hazaña; el mundo entero sonríe y ve con admiración el sólo hecho de que un atleta olímpico pueda alcanzar la apoteósica cantidad de 10 medallas olímpicas de oro, algo impensable aún en los tiempos del mítico Carl Lewis (también Norteamericano); todos, TODOS… menos los chavistas.

Y es que este duro golpe a su ego pseudo-comunista bananero no hace sino dejarles en claro que el desarrollo no es cuestión de vestirte de rojo y apoyar ideas paridas por el hueco del culo sobre igualdad y caraotas de Mercal. Desde un principio, los encargados de traer a nuestras latitudes las incidencias de tan magnánimo evento, los señores de la tolda partidista TVes, un gran desperdicio de espectro radioeléctrico, quisieron sembrar en el colectivo que Estados Unidos como tal, no existía en esta competición. Un avance para ver las caras mongoloides de los comentaristas rancios sirvió como excusa para cortar el momento en que los atletas americanos pasaban por la villa olímpica ondeando su bandera, comitiva donde se encontraba el hombre ahora hecho leyenda: Michael Phelps.

Hasta aquí todo huele a sudor de bolas y era irrelevante: a mi tampoco me importaba ver a los americanos pasar, así como tampoco me importaba ver a los venezolanos cuyo fracaso estrepitoso en estas olimpiadas es tema para un artículo aparte, pero que simplemente no vale la pena ni tratar: se veía venir, recordemos que para este gobierno es mas importante cantidad que calidad, y los tristes ejemplos abundan. Súmese otro mas.

Pero retomando el tema, es verdaderamente increíble e impresionante hasta donde puede acomplejarse un puñado de gente impensante en pro de hacer ver a la población venezolana como fiel partidaria de las ideas del viejo Castro y su corral de pollos (a.k.a. Latinoamérica bananera). Transmitir en diferido un hecho que se constituye como uno de los mas importantes en la historia del deporte de los últimos 100 años (la 8va medalla de Phelps en natación), no es sino un insulto a nuestra inteligencia. De paso, basta con cubrirse un poco las espaldas transmitiendo el para ellos “irrelevante” evento, y de paso hacerlo en un horario que ellos consideran apropiado “para que nadie se entere”, cuando para su desgracia, la comunicación social y las formas alternativas de prensa en su “Republica Socialista”, están muy lejos de morir.

Hago la penosa e indebida labor de mezclar política con deporte por la siguiente razón: ¿hasta cuando esta gente va a querer engañarnos, sugestionarnos y de paso hacernos creer que el “capitalismo salvaje” solo representa subdesarrollo? Coño, que dolor de bolas para estos sistemas autócratas y fracasados, que los mejores deportistas, científicos, las mejores universidades, las sociedades mas respetuosas humanas y con las mejores calidades de vida, los mejores inventos, las mejores atracciones, los mejores culos, las vainas mas bonitas que ellos se mueren por tener (basta recordar el abrigo Armani de Chavez o la corbata de seda Vuiton de Pedro Carreño) sean precisamente las “capitalistas” que ellos tanto critican y tratan de borrar del subconsciente colectivo.

Felicitaciones Mr. Phelps, no solo por su hazaña, sino por vivir en una sociedad que pese a estar lejos de ser perfecta, al menos incentiva al desarrollo del ser humano en algo mejor, y donde no se promulga la filosofía de la involución que rememora devolverse sobre los pasos evolutivos hasta llegar de nuevo al Hombre de Neardenthal, o quizás al Homo Habilis.

Americanos, festejen su oro, que mientras tanto nosotros desde aquí debemos lidiar con la demencia y esquizofrenia de un loco que no entiende la palabra NO por vías democráticas, y que atizados y por el culo, nos mete sus proyectos realmente “imperialistas” de poder absoluto y abusivo, que es a fin de cuentas lo que importa aquí, que el plantea de los simios no sea mas una utopía lejana.

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