Ya hace casi cinco años en los que desaté un furioso debate acusando a los chilenos de ser unos verdaderos hijos de puta, solamente que en aquella acusación se circunscribía al plano deportivo unicamente. Pues hoy día, es hora de plasmar aquí una fé de errata por lo expuesto en esa ocasión, una especie de disculpa pública: no solo por el ámbito deportivo estos sin madre se exponen como la facción mas desdeñable y retrógrada de Suramérica (pese a sus hermosos indicadores económicos y su crecimiento sostenible que podría enrrumbarlos a ser un país del primer mundo a la vuelta de unos años, lamentablemente), sino en prácticamente TODOS los ámbitos imaginables. Esto, palabras mas, palabras menos, es el vivo ejemplo de indios que odian indios, de un país que podría sumir a latinoamérica entera en cenizas si se les diera la oportunidad, y no me cabe duda de que el amplio y común denominador de esta franja costera autodenominada PAÍS, tiene una visión bastante aproximada a la de su propia y risible Fuerza Armada.
Alguien, quizá Brasil o Colombia, por nombrar parte los ejercitos mas mortíferos de esta región, debería patearles el culo de una vez por todas a estos soretes, devolverles la salida al mar a los bolivianos, y aislar a esta raza de arios mentales con caras de indios en su podredumbre mental retrógrada y xenófoba.
Tengo un amigo chileno, lo cual me causa mas tristeza aún, porque conciente estoy de que no todos son así... Solamente, y nada mas y nada menos, una amplia mayoría de ellos...
Es por eso que hoy, nuevamente enarbolo mi bandera a nombre de todo el continente américano: CHILENO, HIJO DE LAS TRES MIL PUTAS.
1 comentario:
Es que por ser "europeos" ya se creen la "tapa del frasco"...
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